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La televisión pública neerlandesa pagó 400 euros por entrevistar a una ‘novia yihadista’

Laura Ángela Hansen, que viajó a Siria en 2015, fue condenada en 2017 a un año de cárcel en los Países Bajos

Laura Angela Hansen, en una entrevista en la televisión kurda en 2016.
Laura Angela Hansen, en una entrevista en la televisión kurda en 2016.
Isabel Ferrer

El debate ha estallado esta semana en los Países Bajos. ¿Ha hecho mal la televisión pública pagando por una entrevista con una mujer condenada por ayudar a terroristas islámicos? ¿Hasta dónde llega la libertad editorial en estos casos? La Corporación de la Radiotelevisión Pública neerlandesa (NPO) ha abonado 400 euros a Laura Ángela Hansen, una de las denominadas novias yihadistas locales, por una entrevista emitida el pasado 25 de diciembre. La joven viajó a Siria en 2015 con su esposo, combatiente del Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés), y en 2017 fue condenada a un año de cárcel en los Países Bajos por haber ayudado a los terroristas. Como la Corporación recibe dinero de los impuestos, el pago televisivo ha obligado ahora al ministro de Medios de Comunicación, Arie Slob, a dar explicaciones en el Congreso. El político ha confirmado la suma subrayando que “la independencia editorial es esencial, y los propios medios deciden el contenido de sus programas”. Los responsables de la emisión cuestionada han señalado que sus invitados pueden recibir hasta 750 euros.

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El diputado Zohair el Yassini, del partido liberal de derecha, socio mayoritario de la coalición en el poder, preguntó este lunes al ministro por la transacción por considerar “increíble” el uso de dinero del contribuyente “para que seguidores de ISIS, y terroristas, cuenten su historia en televisión”. La joven regresó de Siria en 2016 sin su marido, Ibrahim, pero con los dos hijos de ambos, Abdullah e Iman, de uno y cuatro años, respectivamente. La ayudó su padre, Eugene, que reconoció “haber pagado 10.000 euros a una fundación particular alemana con experiencia en este tipo de rescates” (el Gobierno neerlandés solo repatria de forma excepcional a hijos de yihadistas). Durante el tiempo que estuvo fuera, envió mensajes a su hija a través de Facebook pidiéndole que no fuera a la frontera “porque ahí te lo quitarán todo”. La comunicación fue en secreto, para que no la descubrieran, y tenían palabras en clave para saber cuándo estaba sola.

La entrevista televisiva fue emitida el día de Navidad, en horario de máxima audiencia, y se encuadró en el programa titulado Mensen met M (Gente con M, la inicial de la presentadora, Margriet van der Linden). Es una producción de la cadena KRO-NCRV, parte de NPO, y reúne a dos personas “que hayan destacado durante el año”. Filmada fuera del plató, se reunieron en una villa decorada para las fiestas navideñas y con un llamativo árbol adornado. Laura Hansen apareció junto al cantante Duncan Laurence, ganador del pasado festival de Eurovisión, y de su misma edad, 25 años. A lo largo de unos 40 minutos, y sin que la cámara la enfocara nunca de frente, ella aseguraba: “Ya no me considero musulmana y quiero terminar la secundaria y estudiar Filosofía o Historia”. “Lo que me preocupa es la reacción cuando intente trabajar y sepan lo ocurrido. Pero si no lo digo no pareceré fiable”, admite. Con el cabello recogido en una coleta, y sin el velo que llevaba puesto al volver, afirma luego que su esposo “quería luchar por el Estado Islámico”. “Pero yo me horroricé desde el principio: estaba en una casa sucia, nadie hablaba mi lengua y todo consistió en sobrevivir”, añadió.

El ministro de Medios de Comunicación ha defendido en el Congreso la libertad editorial

El hecho de que la presentadora la retratara como una víctima de su propia ingenuidad y de su pareja fue la crítica más repetida en las redes sociales concluida la emisión del programa. Laura declaró a la policía neerlandesa que su marido la obligó a viajar a Siria, pero en 2017 los jueces fallaron que, al ser mayor de edad, se la juzgaría como tal. Fue condenada a un año de cárcel por colaboración con los terroristas, y como ya había pasado dicho tiempo en custodia, la fiscalía no recurrió contra la sentencia. Además, tenía dos niños menores de seis años a su cargo. “Creo que la engañaron; le lavaron el cerebro”, dijo Jennifer, su madre. “Que el fiscal piense que puede cometer un atentado parece sacado de una serie de acción”, añadió el padre. Desde entonces, su hija, que lo llama “la persona más importante” para ella, ha seguido adelante con su vida.

Mediática

Nacida en 1995, Laura se convirtió al islam a los 17 años. Antes había perdido a su hermano, de 15, por un cáncer, y cuando sus padres se divorciaron, estuvo un tiempo en un centro para menores con problemas. Durante la charla televisiva reconoció que necesitaba sentirse “apreciada” por sí misma. “Me quedé sin mi mejor amigo y compañero”, añadió. Conoció a Ibrahim, su futuro esposo, un neerlandés de origen palestino, a través de una web de citas para musulmanes. En 2015 desaparecieron de casa, según explicó entonces su madre a la prensa nacional. Durante su escapada, vivieron en Raqa, que fue la capital del Estado Islámico al norte del país, y en Mosul, en Irak.

A su vuelta en 2016, Laura dijo que había estado “en un sitio con hombres barbudos”: “Siempre intenté escapar del infierno vivido”. Reconoció asimismo que Ibrahim le pegaba y tenían problemas antes del viaje. “Pero no me atreví a separarme porque estaba embarazada”. Arrestada en su día a su llegada al aeropuerto de Ámsterdam-Schiphol, se ha convertido en la más mediática de las jóvenes que se sumaron al ISIS desde los Países Bajos. Es también la protagonista de un libro, titulado Laura H.,que relata su historia de la mano del periodista neerlandés Thomas Rueb, y del que se han vendido ya los derechos para su adaptación cinematográfica.

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